Pasar al contenido principal

Formas para Recordar. Objetos e imágenes de devoción

Institución
Museo Histórico Nacional
Autores
Lily Jiménez, Rolando Báez, Hugo Rueda
Fecha de publicación
02/03/2016
Editores
Museo Histórico Nacional
Idioma
Español

Reseña

Formas para recordar es una invitación y una revisión que nos sitúa en las prácticas religiosas y, particularmente en las católicas, de entre fines del siglo XIX y medidos del XX. En ella podemos identificar una serie de objetos cargados de significados que conmemoran distintos hitos de la vida del ser humano:el nacimiento, la juventud, la adultez y la muerte. Estos hitos están fuertemente ritualizados y estrechamente vinculados a espacios sociales y culturales como la vida religiosa y familiar.

Fragmento

Recordar. Varias y distintas son las propiedades del ser humano. Entre ellas existe una que nos recuerda, paradójicamente, nuestra incapacidad de recordarlo todo. Más recuerdos tengo yo que los que habrán tenido todos los hombres desde que el mundo es mundo, le afirma Irenio Funes al narrador del célebre cuento que en 1942 publicara Jorge Luis Borges bajo el título de Funes el memorioso; personaje que, en su afán de recordarlo todo, había perdido una de las capacidades más instrínsecamente humana: la de producir una memoria personal. Ante un pasado que parece escurrirse entre las manos para siempre, los seres humanos tenemos la competencia de seleccionar piezas de un tiempo pretérito que se niegan al olvido que construye una memoria. Configurada a través del cruce entre espacios, tiempos, imágenes y materialidades, la memoria es - parafraseando al historiador francés Piere Nora- aquel lugar donde existe una conciencia conmemorativa erguida a partir de restos, huellas y fragmentos. La memoria es un archivo personal y selecto que separa y destaca eventos que, unidos en una narrativam crean una historia personal. He ahí entonces la respuesta ante el por qué el personaje de Borges pierde su humanidad: Funes el memorioso es incapaz de distinguir y establecer formas para recordar.

La noción de recuerdo, por otro lado, apela a una estricta vinculación con el sentimiento. De hecho, la raíz latina del término, recordare, no se realaciona con un acto racional de memoria, sino más bien con uno visceral asociado a lo íntimo y afectivo: volver a pasar por el corazón (...).